Siempre he creído que las cosas, sin importar qué tan extrañas o anormales nos parezcan, pasan por una razón. Estoy completamente seguro de que el Coronavirus es una de ellas.
Aprender, socializar, valorar, reconocer, reconciliar…; muchos verbos se me ocurren para las cosas, que un confinamiento mundial de este calado, que somete cruelmente la economía, logró que muchos hicieran durante su encierro, sin embargo, el verbo que quiero conjugar en este presente caótico y lleno de incertidumbre es: dar.
Nunca he sido fan de las promociones de ventas que incluyen la palabra: “gratis”. Ya sea por escéptico o averso al populismo. Desconfío, como consumidor y como publicista, profundamente de esas acciones en donde la marca o la publicidad sugieren que están dándote algo sin esperar alguna retribución. Incluso durante esta temporada aciaga, veía con suspicacia cómo las empresas, amparadas sobre la manida moda de reinventarse, obsequiaban cursos, productos, capacitaciones, porcentajes y servicios.
No Comments
There are not comments on this post yet. Be the first one!